explociones de rayos gamma

Explosiones de rayos gamma: el misterio continúa
A más de cuatro décadas de haber sido descubiertas, las explosiones de rayos gamma continúan siendo un misterio para los astrofísicos. La semana próxima, expertos de 25 países se reunirán en Huntsville, Alabama, para discutir y debatir los hallazgos sobre las más grandes explosiones que se han producido desde el mismo Big Bang.

El simposio comienza con una charla para quienes no son especialistas en el tema: "Agujeros negros: desde Einstein hasta las explosiones de rayos gamma", en la cual Neil Gehrels, un astrofísico de la NASA, describe cómo cada explosión de rayos gamma podría anunciar el nacimiento de un agujero negro. Se invita al público a participar de su charla el lunes 20 de octubre a las 7:30 p.m., en el Auditorio del Centro Davidson (Davidson Center Auditorium, en idioma inglés), del Centro del Espacio y Cohetes de Estados Unidos (U.S. Space & Rocket Center, en idioma inglés), en Huntsville.
Derecha: Una explosión de rayos gamma anuncia el nacimiento de un agujero negro —concepto artístico. [Más información]
Las explosiones de rayos gamma fueron descubiertas en los años '60 durante la Guerra Fría. Satélites estadounidenses, que vigilaban las pruebas nucleares soviéticas, detectaron intensas explosiones de radiación gamma. Las explosiones no provenían de la Unión Soviética, sino del espacio.
Inmediatamente, los astrónomos tuvieron un gran misterio entre sus manos. Las explosiones parecían contener más energía que una supernova y eran totalmente impredecibles, provenían de cualquier parte del cielo, al azar, y en cualquier momento. Además, eran breves, algunas duraban menos de un segundo. Para cuando los observadores movían sus telescopios en la dirección de un estallido, ¡ya se había ido! En 1990, una historieta publicada un domingo por la mañana, mostraba a un astrónomo mareado, sosteniéndose de su telescopio, mientras una explosión de rayos gamma ocurría sobre su cabeza.
Eran tiempos de humor. Mientras muchos investigadores estaban convencidos de que las explosiones de rayos gamma provenían de las partes más lejanas del espacio, de millones a miles de millones de años luz de distancia, otros sostenían que las explosiones estaban sucediendo justo aquí, en el sistema solar. ¡Y nadie podía probar que estaban equivocados! Los expertos gozaban de libertad para sostener las más descabelladas teorías que sus mentes pudieran inventar.
Los astrónomos necesitaban más datos. La primera oleada de información provino de un instrumento llamado "BATSE", ubicado a bordo del Observatorio Espacial Compton de Rayos Gamma, de la NASA. A mediados de la década de 1990, BATSE captó miles de explosiones y realizó un mapa de su distribución en el cielo. Las explosiones no estaban limitadas al plano del sistema solar; ni al plano de la Vía Láctea. Lo que sea que fueran, las explosiones de rayos gamma no eran locales.